jueves, enero 31, 2008

El pañuelo rojo

Y me pierde, si me ponen el pañuelo... embisto.

"El «Software Libre» es un asunto de libertad, no de precio. Para entender el concepto, debe pensarse en «libre» como en «libertad de expresión», no como en «cerveza gratis»."

La frase está extraida del proyecto GNU. En la definición de software libre.

Motivado por la entrada a un blog amigo, he de hacer una reflexión sobre el OpenSource y el modelo económico que unas veces está detrás, y otras no.

Salvando las distancias con todo lo que tenga que ver con los diferentes tipos de licencia (GPL, Apache, Eclipse, ...), y conjugándolo con la frase con la que abro la entrada, podemos decir que dos tipos de proyectos OpenSource: los que disponen el código fuente de maner a gratuita y los que no.

No hay que confundir además con el tamaño de los proyectos, porque ahí está además el Kernel de Linux y su indudable caracter gratuito (y libre). De hecho, la palabra "Open Source" es un término que se introdujo para que no se entrase en la confusión de lo que es gratis y de lo que no, ya que el término "free" en inglés también significa gratis. Para que veamos hasta donde llega la importancia de este asunto, a los puristas del GNU no les gusta el término Open Source, porque dicen haber perdido el concepto de libre, mucho más explícito que el de "abierto".

Pues bien, en aquella entrada, el autor denotaba un cierto desengaño con el modelo comercial que se "esconde" dentro del mundo Open Source. Como si hubiese una especie de escondrijo o estratagema comercial. Creo que el desengaño no tiene que ver con el propio modelo Open, sino con el confuso concepto de gratuito, y expongo el porqué:

El modelo del OpenSource nació de la manera más idealista posible, compartiendo código en universidades y creando proyectos en colaboración. Ofreciéndo sus fuentes, y además de manera gratuita.

Con el tiempo esos proyectos crecieron (ahí está Linux) y empezaron a crecer. Se empezaba a ver la oportunidad de negocio con productos competitivos comercialmente y se empezó a ofrecer el "coge gratis todo el código (o binarios+codigo) y úsalo, si quieres soporte de expertos lo pagas". Ese es el modelo quizás más extendido ahora mismo, pero últimamente el modo de ofrecer ese código (o binario+código) cambia un poco (SuSE, RedHat o el mencionado en aquel blog JBoss). Ahora se paga por descargar el paquete y también por soporte. Lo que no deja de ser perfectamente lícito, y además legal.

No hay que pensar en que el OS es algo de románticos, ni de idealistas, porque no siempre es así. Lo bueno que tiene el movimiento OS es que tiene, gracias al GNU, ASF, Eclipse, licencias que lo protegen y que garantizan que eso seguirá siendo así... siempre. Y además permite que mucha gente (en empresas) vivan de ello. ¡Que los programadores también comen!

Por lo tanto, una vez que un "usuario" haya dispuesto del código fuente puede hacer con él lo que le dé la real gana (y eso incluye redistribuirlo) incluso sin que nadie tenga que pagar por ello. Con el software libre se compran empresas, no el código :-)

Y como ejemplo... solo hay que pensar en Linux. ¿no?

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